Cuando transportas mercancías, no basta con llegar solo al destino, lo importante de verdad es llegar con todo en orden. Porque en carretera, los imprevistos nunca avisan. Por ese motivo, contar con un seguro de mercancías para camiones no es solo una buena decisión para ti o tu empresa, es un buen servicio para trabajar con tranquilidad y responsabilidad.
En Aragonés & Cemborain lo vemos cada día: muchas empresas y transportistas no tienen claro qué cubre este tipo de seguro, cuándo es necesario o qué opciones existen en el mercado. Por esos motivos te lo explicamos, de forma sencilla y sin rodeos aquí. Porque estamos a tu lado para ayudarte a tomar decisiones que protejan tu negocio.
Este tipo de póliza protege el valor de la carga transportada frente a riesgos durante el trayecto. Estamos hablando de daños, pérdidas o robos que puedan producirse en cualquier punto del proceso: desde la carga en origen hasta la entrega final.
Aunque el seguro de responsabilidad civil cubre los daños a terceros, no protege la mercancía en sí. Esa es la función que cubre el seguro de transporte de mercancías, que entra en juego cuando el camión sufre un accidente, hay un error en la carga o descarga, o simplemente alguien sustrae parte de la carga en un descuido.
No es obligatorio por ley en todos los casos, pero sí es importante tenerlo contratado si quieres garantizar la integridad del servicio y responder con eficacia ante cualquier contratiempo que pueda surgir. Porque tu compromiso no se detiene en la puerta del almacén, sino que sigue rodando contigo hasta el destino.
No todos los seguros de mercancías funcionan de la misma manera. Elegir bien depende del tipo de carga, del contrato de transporte y del nivel de protección que necesitas. Te contamos las principales opciones que tienes para que sepas por dónde empezar.
¡Es el más directo! Cubre pérdidas o daños materiales sufridos por la mercancía, independientemente de si ha habido culpa o no por parte del transportista. Puede incluir desde incendios y accidentes hasta mojaduras, fallos del equipo de frío o incluso errores de estiba o carga inadecuada. Es perfecto para las mercancías delicadas, de alto valor o que tienen unas condiciones de transporte específicas.
Este seguro responde solo cuando el daño o pérdida es responsabilidad directa del transportista. Si el transporte es nacional, se rige por la normativa LOTT o LCTTM. Si es internacional, entra en juego el Convenio CMR. En ambos casos, el seguro cubre hasta un cierto límite por kilo transportado, por lo que puede no ser suficiente si la carga tiene mucho valor.
Cubre la mercancía incluso aunque no haya responsabilidad del transportista. Es el seguro más completo, y suele contratarse para envíos puntuales de mercancía de alto valor. Aquí el asegurado suele ser el propietario de la carga, no el transportista.
Esta es una opción flexible para trayectos concretos o mercancías que, por su valor, no pueden viajar sin estar protegidas. Se adapta al valor declarado en cada caso y permite contratarlo solo cuando lo necesitas. Es un seguro práctico y ágil, sobre todo en trabajos puntuales o transportes internacionales.
Por norma general, el seguro de mercancías no es obligatorio, pero sí existen responsabilidades legales que te afectan como transportista desde que cargas hasta que entregas. Si algo ocurre por tu culpa — o incluso si no se puede probar lo contrario —, tendrás que responder ante el cliente. Y si no tienes seguro, ese coste saldrá directamente de tu bolsillo.
Además, hay situaciones en las que el contrato con el cliente exige contar con este seguro, especialmente cuando se trata de mercancías frágiles, perecederas o de alto valor. Es ahí donde conviene estar cubierto más allá de la mínima exigencia legal. Porque como decimos muchas veces en la vida, pasado a este caso concreto: lo barato, en carretera, puede salir muy caro.
La cobertura básica no siempre cubre todo lo que necesitas. Estas son las más importantes en la práctica diaria:
En Aragonés & Cemborain te ayudamos a revisar tu operativa, tu tipo de carga y tus rutas para encontrar el equilibrio justo: ni una cobertura de más, ni una de menos. Solo lo que necesitas para trabajar con seguridad y dormir tranquilo.
No hay una sola respuesta que sea válida, porque cada caso es diferente. La elección depende de muchos factores que tienen que ver con la carga, el recorrido, el valor del contenido o la frecuencia del servicio. Lo que a un transportista le encaja perfectamente, a otro puede dejarle desprotegido.
Lo ideal es estudiar con calma tu situación real: saber qué riesgos te preocupan, qué exige tu cliente y qué margen de exposición puedes permitirte. A partir de ahí, es cuando un seguro cobra sentido y se convierte en una herramienta de protección, no en un gasto.
Nosotros estamos a tu lado para ayudarte a verlo claro. Porque elegir bien no es contratar lo más caro, sino lo que de verdad necesitas.
Puede hacerlo tanto la empresa que contrata el servicio como el transportista que lo ejecuta. Lo importante es que el seguro esté contratado y que cubra lo que realmente se necesita.
En muchos contratos logísticos, el cliente da por hecho que el transportista se hace cargo del seguro. Pero si no hay nada firmado que lo indique, puede haber malentendidos. Por eso es importante dejarlo claro desde el principio y contar con asesoramiento especializado como el nuestro.
No te olvides:
¿Tienes dudas? En Aragonés & Cemborain estamos a tu lado para ayudarte a proteger tu carga, tu trabajo y tu tranquilidad. Llámanos o escríbenos sin compromiso.